SALUD

Principios de vida saludable y medicina preventiva

Conoce tu cuerpo. Esa es mi filosofía. La teoría de la bilis y cómo Abordar y Sanar Problemas Digestivos.

¡Hola mis queridas!

Hoy vamos a conversar sobre cómo sanar los problemas digestivos de forma natural. Esto incluye afecciones como intestino irritable, sobre crecimiento bacteriano, colon inflamado, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, celiaquía, disbiosis, estreñimiento, diarrea, alergias y más.

Sobre la importancia de desintoxicar el hígado y la vesícula para mejorar la digestión. Según la Bilis Pesada, cuando se acumulan toxinas y la bilis se pone espesa y ácida, esto irrita las paredes del intestino, causando inflamación crónica y toda clase de síntomas digestivos desagradables.

Pero, al limpiar el hígado y restaurar el flujo saludable de la bilis, el intestino puede sanarse y los problemas se alivian. El primer paso es evitar toxinas en la dieta y el ambiente. Recomendar también tomar plantas depurativas como diente de león, alcachofa o cilantro, que ayudan a descongestionar el hígado.

También se aconseja usar arcillas naturales como la bentonita, conocida por sus propiedades desintoxicantes y absorbentes. Aplicar toallas tibias en el abdomen ayuda a relajar los conductos biliares. Hacer ejercicio suave, masajes en la zona del hígado y vesícula, y beber más agua y jugos verdes antioxidantes también es muy beneficioso.

Debemos ser constantes con estos remedios naturales para restaurar el equilibrio digestivo. Poco a poco nuestras queridas tripas recuperarán la armonía y los síntomas incómodos desaparecerán. ¡Vamos a mimar nuestras tripas! Ellas son esenciales para gozar de una salud plena y vitalidad.

En este artículo aprenderás:

  • ¿Cómo cada actividad digestiva se encuentra en plena conexión con la Teoría de la Bilis Tóxica?.
  • Por qué la Vitamina A no es realmente una vitamina y cómo afecta al tracto digestivo.
  • Cómo apoyar a tu hígado para sanar problemas digestivos de forma natural.
  • ¡Y mucho más!

Cuando empecé a interesarme por la medicina alternativa, hice lo que muchos y comencé a aferrarme a diferentes teorías, pensando que todas las dolencias estaban conectadas a una sola causa. Tal vez al exceso de levaduras o a los metales pesados. El problema es que, y cualquier persona que haya probado variedad de dietas o suplementos para sus problemas de salud puede confirmar esto, ¡la mayoría de cosas no funcionan! Quizá sirvió para algunos, pero no funciona cuando tú lo pruebas. En mis propias palabras…

Reflexiono que si lo que la gente hace en medicina alternativa realmente funcionara, no habría tantas personas enfermas. Considero que muchas de las cosas que se intentan para la salud en realidad están empeorando más a las personas. ¡Incluso lo que se promociona en internet como la vitamina D y la A! Siempre he sido muy estricta con dos principios: el primero, “no hacer daño”. No estoy aquí para perjudicar. Así que aconsejo cosas muy simples que no deberían causar problemas: dieta, nutrientes esenciales básicos y ayudar a eliminar toxinas comunes.

El segundo es: “Enseñar los principios de la vida saludable y la medicina preventiva”. Estoy para aconsejarle a la gente a cuidarse sola y conocer su cuerpo, para que vean qué les funciona y qué no. Esa es mi filosofía.

¿Es posible sanar de padecimientos digestivos? ¿Los problemas digestivos son una condena de por vida?
No, no lo son. Encuentro que los problemas intestinales parecen ser de los primeros en sanar para la mayoría de personas porque el intestino en realidad regenera sus células muy rápido. Si empezamos a programar las nuevas células correctamente, entonces pueden reemplazar rápidamente a las viejas células.

Una excepción son los padecimientos autoinmunes, como la celiaquía. Tu sistema inmune no se vuelve tonto sin razón, hay una causa. Tal vez el cuerpo está intentando sacar toxinas de las células.

Pero incluso la autoinmunidad puede mejorar, solo requiere tiempo. Deshacer décadas de toxicidad y deficiencias nutricionales es una maratón, no un sprint.

Amiga, seguro te preguntas por qué nos salen problemas digestivos. Pues déjame decirte que después de investigar mucho, la causa principal podría ser el exceso de bilis tóxica en el cuerpo. O sea, que la bilis se pone muy ácida, espesa y llena de toxinas, lo que irrita las tripas y provoca inflamación.

La bilis la produce el hígado, así que cuando este importantísimo órgano se ve dañado o congestionado, el flujo de la bilis se altera. Esto puede pasar por consumir medicamentos fuertes, hacer dietas muy extremas o tomar ciertos suplementos que saturan el hígado.

¿Por qué tenemos problemas digestivos?

Seguro que recuerdas algún momento donde tus problemas digestivos empeoraron. Quizás cuando te recetaron algún antibiótico o empezaste una dieta de moda muy estricta. Bueno, lo más probable es que ahí se haya afectado tu hígado y empezado el desbalance de bilis.

Básicamente, el exceso de bilis tóxica explicaría casos de intestino permeable, cambios en la microbiota intestinal y la mayoría de problemas digestivos. Porque al irritarse la mucosa, se vuelve permeable, las bacterias se desequilibran y aparecen la inflamación, gases, hinchazón y otros síntomas.

Así que para solucionar el problema de raíz, hay que enfocarse en desintoxicar el hígado, restaurar el flujo normal de la bilis y reducir la inflamación intestinal. Con paciencia y los cuidados adecuados, nuestras queridas tripas se pueden recuperar. ¡Te explico más abajo!

La teoría de la enfermedad de la bilis tóxica

El hígado hace tres funciones principales en nuestro cuerpo. Primero, filtra las toxinas de la sangre para proteger a otros órganos vitales (corazón, cerebro, etc.) Todo lo que entra a nuestro cuerpo, bueno o malo, tiene que ser procesado por el hígado. Todo contribuye al desgaste de este órgano.

Segundo, el hígado es un depósito de toxinas. Acumula plomo, mercurio, cadmio, arsénico, Vitamina A, cobre, manganeso… muchas cosas que considero que el cuerpo a menudo no necesita y son tóxicas para el hígado. Si no puedes deshacerte de ellas rápido, tu hígado tiene que retenerlas.

Imagínalo así: si tienes tanto trabajo acumulado que no te da abasto, los papeles se amontonan en tu escritorio. No puedes dejar de trabajar, así que lo vas haciendo como puedes. Estás acumulando documentos o emails. Tu hígado está acumulando toxinas.

Tu meta, con el tiempo, es idealmente reducir ese montón de trabajo y hacerlo correctamente para no perder el empleo. Si solo tiraras los papeles sin orden, causarías otros problemas. Si los perdieras, también generarías inconvenientes. Así que tienes que retenerlos y organizarlos. El hígado hace lo mismo; almacena toxinas para procesarlas después.

Tercero, el hígado es una planta de tratamiento de desechos. La gente cree que una vez que una toxina llega al hígado, este la desintoxica y desaparece. No es así. El hígado cambia la forma de las cosas, a veces volviéndolas menos tóxicas, a veces más solubles en agua para que puedan ir a la sangre y luego a los riñones.

Pero el hígado también hace algo llamado biotransformación, donde toma algo que era menos tóxico al inicio, y en el proceso de desintoxicación lo convierte en algo más tóxico. El mayor ejemplo es el alcohol. El etanol del alcohol es procesado por el hígado en acetaldehído. Esto causa la resaca al día siguiente, o en casos extremos, una intoxicación alcohólica.

La vitamina A (retinol o carotenoides) en realidad pasa por las mismas vías de desintoxicación que el etanol y metanol, pero se transforma en ácidos retinoicos. Los ácidos retinoicos vienen con enormes efectos secundarios.

Intestino permeable

En algún punto, el hígado tiene que deshacerse de estas toxinas. Las ha procesado y almacenado, pero no puede seguir guardándolas para siempre, así que las envía a la bilis. La bilis es el líquido más tóxico del cuerpo humano. Está llena de metales pesados, toxinas solubles en grasa, glifosato, BPA y otros químicos permanentes, y más – cualquier cosa que el hígado quiera eliminar.

¿A dónde va esta bilis tóxica? Lo ideal es que vaya a los conductos biliares, luego al intestino y finalmente sea expulsada. Esta es tu mayor y mejor vía de desintoxicación. Las toxinas realmente se han desintoxicado solo cuando han salido de tu cuerpo.

Lo que comemos afecta cuánta bilis excretamos, y por lo tanto cuántas toxinas podemos eliminar.

Sería ideal que la bilis permaneciera en este ciclo hígado-intestino-vena portal-hígado, pero no es así. Es el líquido más tóxico de todo el cuerpo, ¿cierto? Así que daña prácticamente todo lo que toca… lo cual es todo el tracto intestinal excepto el estómago.

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Investigaciones muestran que puede dañar las mismas células hepáticas que producen la bilis. También puede dañar los conductos biliares que la transportan al intestino. Si la bilis se filtra al estómago, puede causar ERGE (afección en la cual los contenidos estomacales se devuelven desde el estómago hacia el esófago) o reflujo ácido. Así es como se produce el intestino permeable. No deberías tener bilis en tu torrente sanguíneo, pero si daña el revestimiento intestinal y se filtra a través de él o se absorbe directamente en el torrente sanguíneo desde el estómago, puede viajar a cualquier parte.

Cada rincón de tu cuerpo que tenga sangre, lo cual es en todas partes, puede ser dañado por la bilis llena de toxinas. Tu cerebro, tus huesos, tu corazón, tu sistema digestivo y tu piel.

En resumen, la vitamina A es convertida por el cuerpo en ácido retinoico. Se sabe que el ácido retinoico derrite capas de la piel, por eso es un ingrediente en muchos productos de cuidado de la piel como peelings químicos. No es de extrañar que también pueda dañar el revestimiento intestinal, permitiendo que alimentos y toxinas se filtren al torrente sanguíneo.

Cómo abordar y sanar problemas digestivos. El impacto de la disbiosis intestinal en la salud

En el vasto mundo de la salud y el bienestar, pocos aspectos son tan cruciales como el funcionamiento saludable del sistema digestivo. Nuestro complejo sistema gastrointestinal, también conocido como el sistema digestivo, desempeña un papel esencial en la descomposición, absorción y procesamiento de los alimentos que consumimos, lo que garantiza que nuestro cuerpo reciba los nutrientes necesarios para funcionar de manera óptima. Sin embargo, este proceso vital puede verse interrumpido por diversos problemas, lo que puede dar lugar a trastornos digestivos que afectan nuestra calidad de vida y bienestar en general. Uno de los problemas que merece una atención especial es la disbiosis intestinal, un fenómeno que puede ejercer un impacto considerable en nuestra salud digestiva y, por extensión, en nuestra salud en general.

La disbiosis intestinal, un término que posiblemente te resulte familiar, se refiere al desequilibrio en la composición de la flora intestinal, que comprende una diversidad de microorganismos que habitan en nuestro tracto gastrointestinal. Esta flora incluye una variada gama de bacterias, algunas de las cuales son beneficiosas y contribuyen positivamente a nuestra salud, mientras que otras pueden ser potencialmente perjudiciales si se desequilibran. Este ecosistema microbiano, aunque invisible a simple vista, juega un papel integral en la digestión, absorción de nutrientes y el funcionamiento general de nuestro sistema inmunológico. Mantener un equilibrio delicado en esta comunidad de microorganismos es fundamental para una salud digestiva óptima.

La Teoría de la Bilis Tóxica, un enfoque intrigante y perspicaz, ofrece una nueva perspectiva sobre cómo la composición de los ácidos biliares puede influir en la salud de nuestro tracto intestinal. La bilis, una sustancia producida por el hígado, cumple un papel considerable en el proceso de digestión y absorción de grasas. Sin embargo, podemos llevar este concepto más allá y comparar la composición de la bilis con una receta culinaria. Así como diferentes proporciones de ingredientes básicos como harina, huevos, sal y agua pueden dar como resultado masas de pan con características únicas, lo mismo ocurre con la bilis y su interacción con nuestro sistema digestivo.

La singularidad de la Teoría de la Bilis Tóxica radica en su enfoque en las proporciones de ácidos biliares y cómo estas pueden determinar si la bilis es beneficiosa o potencialmente perjudicial para nuestra salud intestinal. Podemos ilustrar este punto con la analogía de la preparación de pan: distintas proporciones de ingredientes pueden dar como resultado masas con texturas y sabores diversos. De manera similar, las diferentes proporciones de ácidos biliares pueden influir en cómo los nutrientes se descomponen y absorben en el intestino. Si los ácidos biliares primarios se convierten en ácidos biliares secundarios, potencialmente tóxicos, debido a un desequilibrio en la flora intestinal, pueden surgir problemas como la colestasis o incluso daños hepáticos.

Comprender cómo la composición de la bilis puede impactar la salud digestiva y el bienestar general es esencial. Por ejemplo, las personas que han notado cambios notables después de tomar probióticos pueden estar siendo testigos de los efectos de estos microorganismos beneficiosos en la composición de la bilis. Los probióticos, que son suplementos que contienen bacterias beneficiosas, tienen la capacidad de alterar la composición de la flora intestinal y, por ende, influir en cómo se procesa la bilis. Básicamente, estos microorganismos pueden contribuir a hacer que la bilis sea más o menos tóxica según las necesidades individuales.

La Teoría de la Bilis Tóxica ofrece una perspectiva valiosa sobre cómo mejorar la salud digestiva. Se destacan dos enfoques principales para lograrlo.
En primer lugar, es crucial ajustar la composición de la bilis para reducir su toxicidad. Esto se puede lograr a través de mejoras en la flora intestinal, reducción de la exposición a toxinas y la adopción de hábitos de vida saludables.
En segundo punto, preservar la bilis en su ubicación adecuada y evitar que se filtre a través del cuerpo es un aspecto crítico. Esto puede ayudar a prevenir complicaciones derivadas de una circulación inapropiada de la bilis.

En resumen, el sistema digestivo es una parte esencial de nuestro bienestar general. El fenómeno de la disbiosis intestinal y la influencia de la composición de la bilis, como sugiere la Teoría de la Bilis Tóxica, son áreas cruciales cuando se trata de abordar problemas digestivos y promover una salud óptima. La analogía culinaria utilizada anteriormente ofrece una perspectiva única sobre cómo pequeñas variaciones pueden tener un impacto significativo en la salud intestinal. Al comprender estas teorías y su relación con nuestra salud digestiva, estamos mejor equipados para tomar decisiones informadas que mejoren nuestra calidad de vida y nos permitan disfrutar de un bienestar óptimo.

Suplementar con probióticos

¿Deberíamos suplementarnos con probióticos para lograr una flora intestinal sana y equilibrada?

Los probióticos son como semillas. Estás intentando cultivar el jardín adecuado en tu intestino.

Si las cosas correctas ya no están creciendo en tu jardín, necesitas revisar tu tierra. La tierra está compuesta de toxicidad y nutrientes. ¿Tu tierra es tóxica? ¿Necesita algún nutriente en particular? ¿Están creciendo demasiadas malezas (bacterias dañinas)? Deja de incorporar toxinas y comienza a agregar los nutrientes necesarios. Si la “tierra” de tu intestino es la adecuada, cuando empieces a plantar semillas (probióticos), eventualmente crecerán y se reproducirán.

A mí me gusta suplementar con probióticos, pero solo el tipo adecuado para la persona adecuada y por la cantidad de tiempo adecuada (más detalles abajo). Si sigues arrojando cierto tipo de semillas a tu jardín, eventualmente van a brotar y desplazarán a las otras plantas. De la misma manera, si sigues tomando el mismo probiótico pero no está ayudando, puedes alterar tu bioma intestinal en una dirección no deseada.

Por otro lado, si tienes que seguir tomando el mismo probiótico durante meses y años para sentirte mejor, tu tierra es mala. Las semillas no están creciendo en ella y tienes que seguir replantándolas. Mejora tu tierra, y las semillas no solo crecerán, sino que se reproducirán, y no tendrás que tomarlas repetidamente para siempre.

En resumen, los probióticos pueden ser muy beneficiosos si se eligen cuidadosamente para cada persona y se usan estratégicamente junto con otros cambios en la dieta y el estilo de vida. Pero tomarlos indefinidamente sin mejorar el «suelo» intestinal puede ser contraproducente. Un enfoque personalizado y holístico es esencial para restaurar la flora intestinal.

Encontrando el microorganismo benéfico adecuado para ti

Uno de los pilares de mi enfoque es: “Nada de escopetazos”. Ejemplos de escopetazos serían multivitamínicos o, en este caso, mezclas de microorganismos benéficos de muchas cepas distintas. En lugar de usar una “escopeta” y esperar lo mejor, me esfuerzo por un enfoque individualizado que proporcione a cada persona lo que su propio cuerpo necesita.

El internet adora los alimentos cultivados y fermentados. ¿Son adecuados para todos? No necesariamente. Son ricos en bacterias Lactobacillus, que pueden o no ser el tipo de bacteria que tú necesitas. Tengo un artículo sobre cómo usar tus síntomas y tendencias como indicador de qué tipo de microorganismo beneficioso deberías complementar.

Si quieres probar un microorganismo benéfico, Lactobacillus o Bifidobacterias son buenos lugares para empezar (no al mismo tiempo).

Me gusta darle a una nueva cepa de microorganismos benéficos al menos dos semanas para asentarse. Piénsalo: cuando limpias un lugar, se pone más desordenado antes de mejorar porque tienes que sacar todas las cosas viejas. Los microorganismos benéficos funcionan igual. Está bien tener algunos síntomas manejables y negativos al principio. Si los síntomas no empiezan a mejorar en dos semanas, esa cepa de bacteria probablemente no es para ti.

Si estás tomando un microorganismo benéfico y no notas ninguna mejoría, deja de tomarlo. Alternativamente, si experimentas algunos síntomas negativos pero también te sientes mejor en ciertos aspectos, eso sería una señal para seguir tomándolo.

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Nuevamente, la meta final es no tener que complementar con microorganismos benéficos. Eventualmente deberían asentarse en tu tripa, establecerse, y entonces no tendrías que seguir resembrando tu huerto.

En resumen, es importante encontrar el microorganismo benéfico adecuado para cada persona a través de un enfoque personalizado, observando cuidadosamente cómo responde el cuerpo. Las mezclas genéricas pueden no ser lo ideal. Hay que tener paciencia y persistencia para restablecer la flora intestinal óptima. Y el objetivo final es lograr un equilibrio duradero sin depender indefinidamente de suplementos.

Sobrecrecimiento bacteriano intestinal (SIBO)

Aunque parecería que la bilis tóxica siempre es algo malo, sí cumple una función en el cuerpo…

Se ha demostrado que cuando no hay suficiente bilis en el intestino delgado, se produce un sobrecrecimiento de bacterias dañinas. ¿Dónde está la bilis, si no está siguiendo su camino normal desde el hígado al intestino y luego a la vena porta hepática? La clave es que las personas con SIBO tienen todo tipo de síntomas sistémicos en otras partes del cuerpo. Entonces, la bilis está en la sangre, causando estragos en otras partes del organismo. Y debido a que no está en los intestinos, las bacterias dañinas están proliferando allí. Puedes investigar esto. Los investigadores han provocado SIBO en perros simplemente haciendo que la bilis vaya a lugares incorrectos.

Si podemos lograr que la bilis vuelva a donde se supone que debe estar, eso va a solucionar el problema. Esta es una de las pocas veces en que tomar ácidos biliares por vía oral (como bilis de buey) podría ser una opción para alguien, para ayudar a que la bilis llegue a sus intestinos. Pero para arreglar la causa de raíz, se necesitaría 1) sanar el hígado para que vuelva a producir bilis, y 2) asegurarse de que la bilis no esté filtrándose en otra parte del cuerpo.

Ampliando un poco más este concepto, cuando hablo de sanar el hígado me refiero a adoptar una alimentación limpia y libre de toxinas, consumir alimentos que ayuden a regenerar las células hepáticas, como los cítricos o el brócoli, y complementar con hierbas o suplementos que mejoren la función del hígado si es necesario. Todo esto ayudará a que el hígado se fortalezca y pueda segregar la bilis adecuadamente. En cuanto a evitar la filtración de bilis, se trata principalmente de identificar y resolver cualquier causa subyacente de inflamación o disfunción en la vesícula biliar o los conductos biliares. Esto puede requerir análisis más específicos y la orientación de un profesional.

Las personas con SIBO pueden terminar tomando antibióticos durante años y años para tratar el sobrecrecimiento bacteriano. Esto puede ayudarlas a sentirse mejor a corto plazo, pero recordemos que las bacterias dañinas no son el problema subyacente. El verdadero problema es la presencia de bilis donde no debería estar, y la ausencia de bilis donde debería estar.

Profundizando en este punto, los antibióticos pueden aliviar transitoriamente los síntomas al reducir la proliferación excesiva de bacterias, pero no resuelven la causa principal del desequilibrio. Mientras la producción y el flujo de la bilis sigan alterados, las bacterias dañinas volverán a sobrecrecer apenas se suspenda el tratamiento con antibióticos. Entonces se entra en un círculo vicioso de tomar antibióticos recurrentemente sin solucionar el problema de raíz.

A largo plazo, los antibióticos pueden dañar el hígado, lo que finalmente permite que la bilis siga filtrándose, y las personas pueden experimentar un empeoramiento de sus síntomas. Por ejemplo, algunos antibióticos son tóxicos para el hígado, y su uso frecuente impide que el hígado se regenere y funcione adecuadamente. Esto afecta la producción de bilis, agravando el problema existente.

En conclusión, para tratar eficazmente el SIBO es clave identificar y revertir la causa primordial del desequilibrio de la bilis, en lugar de solo inhibir temporalmente el crecimiento bacteriano con antibióticos. Un enfoque integral, enfocado en sanar el hígado y restablecer el correcto funcionamiento biliar de forma sostenida, es esencial para resolver este problema de raíz.

Síndrome de intestino irritable (SII), estreñimiento, diarrea

La bilis también cumple otro rol importante en el tracto digestivo, pero tiene que ser justo la cantidad adecuada, ni demasiado ni demasiado poca.

En un estudio, los investigadores midieron cuánta bilis había en las heces de diferentes grupos de personas: un grupo control, un grupo de personas con SII y estreñimiento, y un grupo con SII y diarrea. Las personas estreñidas tenían alrededor de 200 unidades de bilis en sus heces. El grupo control tenía aproximadamente 500 unidades de bilis en sus heces. Y las personas con diarrea tenían cerca de 1200 unidades de bilis en sus heces.

Es como si el contacto de la bilis con los intestinos fuera el desencadenante para que los intestinos muevan las heces. Cuando no hay suficiente bilis en las heces, la gente tiene problemas para defecar. ¿Dónde está la bilis si no hay suficiente en los intestinos? Bueno, o el hígado no la está produciendo, o la bilis se está estancando en el hígado y se va acumulando lentamente (lo que lleva a enfermedad hepática grasa), o se está filtrando directamente del hígado a la sangre (colestasis intrahepática… lee más aquí). A menudo se ven juntos el estreñimiento y problemas de tiroides porque ciertos tipos de bilis filtrándose en la sangre pueden estar relacionados con hipotiroidismo.

Por otro lado, si hay demasiada bilis, los intestinos eliminan las heces demasiado rápido, desperdiciando nutrientes y causando diarrea. Lo principal que recomiendo para la diarrea es el carbón activado. La diarrea responde muy bien al carbón activado porque absorbe la bilis enormemente.

Profundizando un poco más en este tema, la cantidad y composición de la bilis son claves para mantener un tránsito intestinal saludable. Si la bilis es insuficiente o está alterada, no puede ejercer adecuadamente su efecto lubricante y estimulante del peristaltismo intestinal. Esto provoca dificultad para evacuar y estreñimiento. Por otro lado, un exceso de bilis sobre-estimula el movimiento intestinal, acelerando demasiado el tránsito y causando diarrea.

Entonces, para tratar estos problemas de tránsito intestinal es importante investigar el origen del desequilibrio de la bilis. Puede deberse a mala alimentación, estrés, disfunción hepática, colestasis, etc. El carbón activado ayuda a aliviar los síntomas absorbiendo el exceso de bilis, pero hay que identificar y corregir la causa subyacente para resolver el problema completamente.

Un enfoque ideal implica realizar análisis funcionales del hígado, optimizar la dieta y reducir fuentes de toxicidad, tomar suplementos y hierbas hepatoprotectores, y usar carbón activado u otros agentes absorbentes si fuera necesario de forma transitoria. El objetivo es restablecer la producción y flujo adecuados de la bilis para recuperar la regularidad intestinal.

Fibra y estreñimiento

¡La fibra puede ser engañosa! ¿Ayuda con el estreñimiento o lo empeora?

La fibra soluble generalmente se gelatiniza cuando se expone al agua. Así que reconocerás alimentos con alta fibra soluble. Cuando haces frijoles refritos, si los dejas reposar, se endurecen formando una pastilla. Esa es la cualidad gelatinosa de los frijoles. Si cocinas avena y la dejas, se convierte en un ladrillo de avena. La gente usa pectina de manzana para espesar mermeladas y jaleas. El salvado de psyllium, si lo mezclas con agua, se transforma en gelatina de psyllium.

Cuando comes fibra soluble, hace dos cosas principales en el cuerpo. Primero, desencadena una liberación de bilis. Segundo, absorbe la bilis. Mientras más soluble sea la fibra, mejor absorbe la bilis. Siguiendo la dieta estándar americana, con poca fibra, solo alrededor del 5% de tu bilis se queda en el tracto digestivo y se excreta. Si comes más fibra soluble, ese porcentaje aumenta porque la fibra puede absorber más bilis y retenerla en el tracto digestivo para defecarla. Esto hace que la fibra soluble sea clave para la desintoxicación.

Ahora, hay una advertencia. Personas con estreñimiento crónico y colestasis intrahepática (daño hepático donde la bilis se filtra directamente del hígado a la sangre), de modo que no hay bilis en su tracto digestivo para estimular la defecación, pueden estreñirse aún más si comen mucha fibra soluble. Cuando comen fibra, sus intestinos envían una señal al hígado diciendo «Acabamos de comer fibra soluble». El hígado responde «Genial, produzcamos bilis y vaciémosla». Y lo hace, pero la bilis va directo a la sangre en lugar de a los intestinos. Así que estas personas siguen sin poder defecar y se sienten peor.

En personas cuya bilis sí llega al intestino, la fibra soluble puede ayudar. Nuevamente, aquí debemos tratar a cada individuo. Algunas personas se sienten mejor comiendo muy poca fibra, y otras comiendo mucha.

Otro matiz es que si comes tanta fibra que absorbe toda la bilis disponible, y no queda nada para estimular tus intestinos a defecar, te puede sentir muy incómodo. O digamos que comes tanta fibra que hace que tu hígado vierta más bilis de la que puede absorber, y la bilis comienza a filtrarse a otros lugares. Eso también te haría sentir peor.

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Otra consecuencia de demasiada fibra para tu cuerpo… Por lo general en la naturaleza, las cosas comienzan a crecer en lugares estancados. Las algas crecen en charcos estancados. Las toxinas se acumulan porque no pueden fluir. Piensa en tu intestino de la misma manera. Si comes tanta fibra que tus deposiciones no se mueven bien, tu tracto digestivo está estancado. La fibra soluble es prebiótica (alimento para bacterias). El que algo sea prebiótico no significa que solo alimente bacterias buenas. Si empiezas a acumular fibra soluble en tu intestino, las bacterias dañinas pueden tomarle el gusto. La fibra no solo alimenta la disbiosis, sino que una vez que las bacterias comen la fibra, se libera la bilis tóxica que estaba atrapada.

Los hombres producen más bilis que las mujeres. Esto significa que los hombres tienden a la diarrea, mientras que las mujeres tienden al estreñimiento. Los sexos también tienen tendencias hacia diferentes disbiosis intestinales. De los dos, ¿cuál es el menos propenso a tener un buen resultado si se excede con la fibra soluble? Las mujeres. Así que, damas, tengan mucho cuidado con la fibra soluble. Incluso 2 a 5 gramos podrían retardarles mucho las cosas.

El dilema de la fibra soluble es asegurarse de no consumir demasiada. Pero si te sientes mejor comiendo mucha fibra, entonces hazlo. Yo generalmente lo limito a 30 gramos de fibra soluble al día. No veo mucho beneficio más allá de eso.

Defecar es la clave maestra para la desintoxicación. En un mundo ideal, deberíamos evacuar una vez por cada comida completa que comemos. ¡Igual que los bebés! Se supone que los bebés deben defecar una vez por cada toma de leche.

Enfermedad inflamatoria intestinal (EII), enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa

Las personas que producen más bilis son más propensas a padecer condiciones inflamatorias como la EII, incluyendo la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn.

Algunas personas producen más bilis que otras. Estas personas tienen tendencia a deposiciones sueltas, diarrea e incluso sangrado de los intestinos, donde la bilis está corroyendo el revestimiento intestinal hasta el punto de dañar los vasos sanguíneos.

La EII es esencialmente una diarrea crónica. Ya sabemos que los probióticos pueden cambiar la composición de la bilis. En este caso, LactoSpore modifica la receta de la bilis para que no irrite los intestinos al punto de provocar diarrea.

Enfermedad celíaca

La enfermedad celíaca es una afección en la que se produce una reacción inflamatoria en el intestino delgado frente al gluten. Esto provoca un daño en las vellosidades intestinales, que son protrusiones diminutas en forma de dedo que recubren el intestino y maximizan la absorción de nutrientes.

Una teoría sobre el origen de la celiaquía apunta a la toxicidad por glifosato presente en el trigo no orgánico. El glifosato inhibe enzimas desintoxicantes del hígado, provocando acumulación de formas tóxicas de vitamina A. De hecho, en modelos experimentales de celiaquía en ratones, los científicos solo pudieron reproducir la enfermedad agregando vitamina A tóxica. Esto sugiere que la vitamina A en exceso juega un rol central en la patología.

Otro factor relevante es la bilis. Estudios demuestran que al ingerir gluten, los celíacos secretan mucho más bilis que personas sin la enfermedad. Se sabe que la bilis en cantidades anormales daña el revestimiento intestinal, por lo que podría colaborar en la lesión de las vellosidades.

Además, en la celiaquía suele haber disbiosis intestinal, con predominio de bacterias que descomponen el gluten generando péptidos still más inflamatorios. Este ambiente intestinal alterado perpetúa la inflamación y el daño vellositario.

Por último, se ha visto que en algunos celíacos tratados con un enfoque desintoxicante de saneamiento gastrointestinal, la sensibilidad al gluten disminuye gradualmente. Esto refuerza la hipótesis de que controlando los factores tóxicos y la disbiosis se puede mejorar o incluso revertir la enfermedad. En conclusión, la celiaquía parece originarse en varios factores inter actuantes, siendo la toxicidad un denominador común subyacente.

Alergias alimentarias

¿Cómo encajan las alergias alimentarias en todo esto? …

Muchas de las cosas que enseño tienen más sentido que las historias que se les ha contado a las personas sobre su salud. Como la idea de las alergias. Una persona es alérgica a ciertos alimentos. ¿Por qué ese alimento no es tóxico para todos los humanos? ¿Será que esa persona tiene un intestino permeable causado por la bilis tóxica que va corroyendo el revestimiento intestinal, permitiendo así que toxinas y partículas de alimentos atraviesen y estimulen el sistema inmunológico?

Existe bastante investigación que muestra que cuanta más vitamina A estén expuestos los bebés y niños pequeños (ya sea por aceite de hígado de bacalao, multivitamínicos, frutas y verduras, etc.), más alérgicos se vuelven a otros alimentos. Esto explica por qué hay gente que elimina toda clase de alimentos por un mes o dos, los reemplaza por nuevos, y luego desarrolla alergias a los alimentos nuevos a pesar de que originalmente era alérgica a los viejos. El problema era un intestino permeable desde el principio. Nunca se abordó la causa raíz de las alergias.

Profundizando más en este tema, la vitamina A en exceso puede irritar el revestimiento intestinal debido a su efecto queratinizante, abriendo espacios entre las células intestinales e incrementando la permeabilidad. Esto permite el paso de alérgenos al torrente sanguíneo, donde son detectados por el sistema inmune, que genera anticuerpos IgE específicos contra esas sustancias foráneas.

Cuando la persona vuelve a consumir ese alimento, los anticuerpos IgE se unen a los alérgenos y se produce la cascada inflamatoria típica de la reacción alérgica, con liberación de histamina y otros mediadores. Los síntomas pueden ir desde leves hasta anafilaxia potencialmente mortal.

El saneamiento gastrointestinal, la curación de la mucosa intestinal, y la desintoxicación dirigida a normalizar los niveles de vitamina A, parecen ser claves para revertir la permeabilidad intestinal subyacente y las reacciones alérgicas resultantes. Así se resuelve el problema de raíz, en lugar de simplemente evitar alimentos.

En conclusión, las alergias e intolerancias alimentarias a menudo se originan en un exceso de vitamina A tóxica que compromete la integridad de la barrera intestinal. Más que eliminar alimentos, se trata de identificar y corregir los factores que causan el intestino permeable. Esto permite restaurar la tolerancia a esos alimentos en el largo plazo.

Hemorroides

Seguramente ya todos hemos entendido a estas alturas. Para tratar afecciones digestivas, incluyendo las hemorroides, hay que tratar la causa de raíz. Según mi experiencia, las varices, arañas vasculares y hemorroides están todas relacionadas con un hígado congestionado (lleno de toxinas y sobrecargado).

Las hemorroides son como varices en la zona anal, dicho simple. ¿Por qué se producen las varices? Todo lo que está debajo del corazón tiene que trabajar más contra la gravedad para devolver la sangre al corazón. Por eso aparecen arañas vasculares y varices en las piernas.

Podemos imaginar los vasos sanguíneos como una escalera con una válvula en cada peldaño. Cuando el corazón bombea y exprime la sangre hacia arriba, ésta pasa a través de la válvula. Luego, cuando el corazón se relaja, la sangre comienza a caer, y la válvula se cierra de golpe. Una y otra vez. Si hay demasiada presión en retroceso sobre las válvulas, con el tiempo se deterioran. Estas son las arañas vasculares, donde se ve la sangre estancada de color morado oscuro. La sangre está estancada porque las válvulas ya no están para moverla escaleras arriba.

Las varices son el mismo concepto, pero ocurre en una vena más grande. Las hemorroides son varices específicamente en la zona anal, debido a congestión hepática. El gran sistema venoso portal viene del tracto digestivo. El tracto digestivo termina en el ano. Toda la sangre está volviendo al hígado. Si el hígado está congestionado, la sangre venosa que se dirige al hígado es como un tráfico pesado atascado en un embotellamiento. La sangre hace retroceso a lo largo de esos vasos sanguíneos y ejerce más presión sobre las válvulas. Si se revienta una válvula cerca del ano, eso es una hemorroide. Es una zona muy sensible, se pueden dañar los vasos sanguíneos con un exceso al limpiar. Como ya discutimos, la bilis tóxica también puede dañar los vasos sanguíneos.

En resumen, la clave está en descongestionar el hígado a través de una alimentación depurativa, suplementos hepatoprotectores, y terapias de desintoxicación cuando sea necesario. Esto permite aliviar la presión venosa y evitar la formación de hemorroides. Además, debemos tener cuidado al limpiar la zona anal para no irritar vasos dañados. Y tratar cualquier exceso de bilis tóxica. Con estas medidas integrales se pueden prevenir y mejorar significativamente las molestas hemorroides.

¿Hacia dónde ir desde aquí?

¿Hacia dónde quieres ir desde aquí? El camino hacia una digestión saludable y un bienestar óptimo comienza con un primer paso. Y tú tienes el poder de darlo.

Visualiza cómo será tu vida cuando hayas superado estos problemas digestivos. Imagina despertar con energía, comer sin malestares, digerir eficientemente, y mantener un peso estable. Ese futuro más luminoso está a tu alcance si persistes en cuidar tu cuerpo y nutrirlo adecuadamente. Tú puedes lograrlo.

El cambio no ocurre de la noche a la mañana, pero con paciencia y constancia verás mejorías constantes. Enfócate en celebrar cada pequeño progreso. Y rodéate de personas que te motiven y te ayuden en los momentos difíciles. No estás solo en este proceso. Juntos podemos sanar tu digestión paso a paso. Da el primer paso hoy. Tu futuro sano y vital te está esperando.