CUERPO, MENTE, SOUL, TRANSFORMANDO IMPULSO EMOCIONAL EN PODER

Mi cuerpo tiene estaciones, y aprendí a escucharlas

Lo que el ciclo menstrual me enseñó sobre sentir sin culpa.

Durante años pensé que había algo mal en mí. Días en los que me sentía imparable, lo podía todo, con mil ideas y la energía a tope… y otros en los que lloraba sin saber por qué, me molestaba todo y solo quería apagar el mundo.

Spoiler: no era inestabilidad emocional. Era mi ciclo.
Mi cuerpo hablando.
Mi energía cambiando.
Mi naturaleza pidiendo espacio.

Nos han enseñado a ignorar lo cíclico. A ser lineales, constantes, funcionales. Pero nosotras no somos así. Somos como la luna. Tenemos fases. Y cuando lo entendí, todo cambió.

¿Te suena esto?

🌖 Una semana te sientes poderosa, sexy, imparable.
🌑 La siguiente, te cuesta levantarte y todo te parece demasiado.
🌘 Lloras por una película, te enfadas por un comentario tonto y solo quieres estar sola.
🌔 Y luego, como por arte de magia, vuelves a brillar.

Y te preguntas: ¿Qué me pasa? ¿Estoy loca? ¿Por qué no puedo ser constante?

La respuesta es hermosa: estás viva, eres mujer y estás sintiendo como debes sentir.

Lo que descubrí en cada fase (y cómo lo uso a mi favor)

Fase menstrual: el invierno interno

Días de recogida. Me dejo estar. Me doy permiso para no ser productiva. A veces escribo lo que siento, a veces solo me hago una infusión y lloro viendo películas tontas. Aquí no soluciono nada. Solo me cuido.

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Mi mantra: No tengo que rendir, solo respirar.
Fase folicular: la primavera llega

Todo vuelve. Las ganas, las ideas, la risa fácil. Aquí organizo, creo, planifico. Empiezo cosas nuevas porque tengo claridad.

Mi tip: Aprovecho para soñar en grande y mover piezas. Aquí soy mi CEO interna.


Fase ovulatoria: el verano total

Me siento magnética. Estoy más sociable, conecto mejor con los demás, tengo más seguridad. También es el momento en que más me juzgo si no lo aprovecho, así que aprendí a no exigirme tanto.

Lo que me repito: No tengo que aprovecharlo todo. Ser suficiente también es descansar en lo bonito.


Fase lútea: el otoño emocional

Aquí la cosa se pone intensa. Me vuelvo más sensible, más intuitiva, más crítica. Y sí, es la etapa donde saltan mis alarmas emocionales. Pero también es donde más verdades encuentro. En vez de luchar contra esto, lo anoto. A veces escribo lo que “me molesta” y luego lo reviso días después… muchas veces eran intuiciones disfrazadas de drama.

Mi secreto: No me aíslo, pero tampoco me sobreexpongo. Me hablo bonito, como a una niña que está aprendiendo a sentir fuerte.


¿Qué hago para vivir esto sin volverme loca?

  • Registro mis días en una app o libreta, pero sin obsesión. Solo para saber dónde estoy emocionalmente.
  • Tengo una playlist para cada fase. Música que me acompaña según cómo estoy.
  • Me repito que no tengo que justificar lo que siento. Sentir ya es válido.

Aprenderme fue dejar de pelearme con mi cuerpo.
Y desde que lo hice, mis emociones dejaron de ser una amenaza, y se volvieron mensajes.

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Así que si tú también sientes que vas “a saltos”, que no eres constante, que tu energía cambia como cambia el cielo: no estás rota.
Estás sincronizada con algo más profundo.

Y eso, créeme, es tu super poder.